viernes, abril 30, 2010

Jesús T. Acevedo: Apariencias arquitectónicas (Tercera parte)

POR MARIO ROSALDO
ACTUALIZACIÓN 25 DE JULIO DE 2013



Y son símbolos los que Acevedo percibe en la relación entre la manera de vivir del egipcio de la 18ª Dinastía, el heleno del Siglo de Perícles o el romano que ha conquistado a Egipto y la Hélade, y el arte con el cual cada uno se manifiesta. Para Acevedo es en la vida individual y familiar donde dicha relación cobra su mayor significado, de ahí que se esmere en plasmarla a través de la descripción de la arquitectura doméstica o privada, que él representa con los palacios o casas de la aristocracia y una lejana evocación de la casa de los pobres. Para ello, Acevedo se apoya en el análisis histórico de la casa egipcia, helénica y romana. Describe la planta arquitectónica de cada una de ellas para sugerir una evolución acorde al sistema de vida y al clima, es decir, acorde a las necesidades espirituales y materiales de sus habitantes. Se detiene a describir el estilo, la decoración y los objetos producidos por el alma de cada pueblo. Pero no se interesa en establecer un prototipo que pudiera servir para definir «el contorno general de la casa futura», porque desde el preámbulo ha dicho que su discurso «no será cuestión de profecías». Más bien le interesa exponer que en vez de[1] preocuparnos solamente por una forma y un estilo futuros debiéramos atender a nuestro espíritu que en su manifestación los hace necesariamente presentes.