martes, marzo 27, 2007

Proyecto y método en arquitectura (Decimoquinta parte)

POR MARIO ROSALDO
ACTUALIZACIÓN 20 DE OCTUBRE DE 2013





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A continuación analizaremos algunos textos de Taut para identificar dichos ideales y estar en posición de comprender su utopismo.

Los libros en los que Bruno Taut da forma a sus ideales sociales y, por tanto, en los que enfrenta el tema de la utopía son principalmente Arquitectura alpina [Alpine Architekture], La disolución de las ciudades [Die Auflösung der Städte] y La corona de la ciudad [Die Stadtkrone], el primero y el último de 1919, y el segundo de 1920, pero cuyos bocetos Taut concibe durante el verano de 1918, según afirma él mismo en una nota final. Ni la idea de lugares para contemplación o de viviendas y casas comunales, construidas en los valles o en lo alto de las cumbres, ni la de una nueva ciudad en torno de una corona, que armoniza al conjunto, se entienden en Taut sin el pensamiento social y plural que anima los tres esbozos que cada uno de las obras presenta. Ahora bien, aunque el texto de Taut que mayor alusión hace a esta pluralidad de su concepción del pensamiento social es La disolución de las ciudades pues, además de una treintena de dibujos, incluye extractos —algunos muy extensos— de escritos de diversos pensadores que analizan o proponen una necesaria transformación de la sociedad, o sólo de la mentalidad con la que se abordan los problemas sociales, sin importar que algunos de ellos defiendan en el fondo puntos de vista totalmente contradictorios, en realidad es en La corona de la ciudad donde Taut expone mejor la síntesis de su enfoque. Es verdad que Taut ya tiene bastante claras estas ideas en su Un programa de arquitectura [Ein Architektur-Programm] de 1918, pero para sus lectores, estas ideas sólo adquieren cabal sentido hasta cuando las estudiamos en su posterior desarrollo en los tres trabajos arriba mencionados. Dada la visión pluralista que caracteriza a Taut y que parece compartir, como veremos más adelante, con otros integrantes del movimiento plástico de la época, no debemos simplemente suponer que cada concepción es una evolución lineal y ascendente de la anterior. Más bien Taut nos ofrece cuatro diferentes soluciones a un mismo problema. El común denominador es ese pensamiento social y plural, que lo mismo lo acerca a sus coetáneos, que lo aleja. Este pensamiento no se funda solamente en el anarquismo y el socialismo, ni tampoco únicamente en el movimiento de la ciudad jardín y el urbanismo. También se funda en la tendencia romántica y metafísica a recuperar la parte espiritual de los seres humanos, extraviada ante el avance de la industrialización y el materialismo, y en la idea tanto liberal como revolucionaria del espontaneísmo. Ciertamente, Taut adopta una postura cercana al eclecticismo, pero no es la suya una actitud simplemente oportunista, o meramente pragmática: él se independiza sustancialmente de las diversas fuentes en las que se inspira, al punto de conseguir bosquejar un enfoque bastante original. Puede decirse, por lo menos, que en Taut el pensamiento social adquiere su propia personalidad.