lunes, diciembre 20, 2010

Respuesta a un estudiante de arquitectura

POR MARIO ROSALDO



Uno de los correos que recibimos este año, por motivo de nuestras publicaciones, preguntaba el por qué de la ausencia en ellas de una definición sistemática de la arquitectura. No sabemos si nuestra respuesta despejó la duda, o si la acentuó todavía más. La idea era mostrar al estudiante que las cosas siempre se pueden abordar desde puntos de vista alternos. Es muy probable que el tono de «crítica definitoria» haya jugado en contra del diálogo que deseábamos establecer. Ahora sólo nos queda aguardar por una nueva oportunidad. Para el público en general, cabe aclarar que no creemos que la argumentación apoyada en autores prestigiados, en sus obras establecidas por ellos mismos o por sus seguidores como teorías canónicas o preceptivas, deba ser considerada como un trabajo científico. Nuestra investigación parte del estudio de lo que hasta ahora se ha tenido por arte, por arquitectura, pero en ningún momento hemos aceptado que el uno o la otra «es lo que es». Esa es una postura pragmática o «realista» que está muy lejos del enfoque crítico que sostenemos aquí. Sabemos que es muy fácil equivocarnos a la hora de la lectura y la interpretación de lo que se dice o se lee, que esto le sucede lo mismo a un investigador experimentado que a otro que apenas se inicia en esta tarea, por eso nuestra respuesta pasó por alto estos aspectos del tema, en cambio preferimos explicar cuál podría ser nuestra concepción de un estudio científico.


¿QUÉ ES ARQUITECTURA?

«(...) soy estudiante de Arquitectura y he estado intentando buscar una definición de qué es la Arquitectura, con referencias bibliográficas de autores que fundamenten sus argumentos a la hora de definirlos, y no sólo opinen con conceptos ligeros como muchos "opinólogos" de la arquitectura, he estado documentándome al respecto y encontré sus monografías, un trabajo que me parece muy serio, objetivo y fundamentado, basado en la certeza científica y en la construcción de conocimiento estructurado a través de la investigación; pero que a su vez estudia ya la arquitectura a partir del supuesto de que "es lo que es", sin claramente definirla, ni demarcando sus propiedades, condiciones y campo de estudio claramente, sin caer en ambigüedades de criterios supuestos.
Le agradecería cualquier ayuda en esclarecer estas dudas, y aprovecho para felicitarlo por el trabajo que hace en darle un enfoque real a la investigación y el estudio de la Arquitectura de manera objetiva.
De antemano muchísimas gracias por su tiempo».

I

Es una muy agradable sorpresa recibir un correo como el tuyo, cargado de afecto y urgencia al mismo tiempo.

Trataré de ser preciso como tu propio mensaje. Uno de los trabajos donde me he acercado a lo que podría ser una definición general de la arquitectura ha sido ¿Hacia una arquitectura crítica? Te propongo que lo estudies y que lo comentes conmigo. Pero debo admitir que la definición filosófica o lógica de la arquitectura, como tú la planteas, no es parte de mi investigación, pues los conceptos y los prejuicios no son garantía de nada en el estudio científico de los hechos.

Y es que, aunque parto del estudio de los textos de la crítica, la historia y la teoría de la arquitectura, mi método no consiste en refutarlos retóricamente, a través de la precisión hermenéutica o la redefinición. Más bien confronto las definiciones dadas en dichos textos, las tesis ahí planteadas, las teorías y los conceptos esgrimidos —racional o irracionalmente— con la realidad social o histórica que pretenden representar.

II

Para quien estudia o trata de estudiar científicamente cualquier tema, es importante hacer una clara distinción entre el enfoque de la ciencia y el de la filosofía. Para comenzar, debe tenerse presente que, así como el investigador de la física no se pregunta «qué es la ciencia», o «qué es la materia», el investigador de la arquitectura no se pregunta «qué es la arquitectura», o «qué es el acero». En otras palabras, el investigador que quiera proceder científicamente no puede anticipar con definiciones filosóficas su objeto de estudio. De nada le sirve al físico definir qué es el universo si no puede demostrar que al menos parte de los conceptos son aplicables en la realidad. La vieja escuela filosófica solía hacer eso, intentar definir de una vez y para siempre qué son las cosas, o qué es Dios. Por ejemplo, Spinoza intentó definir la existencia de Dios y sus propiedades como la sustancia en la que consisten todas las cosas de la naturaleza, aplicando el racionalismo cartesiano. Esta vieja escuela no ha desaparecido, y tal vez nunca desaparezca, porque los seres humanos pensamos y creemos de diversas formas. De hecho, la vieja y la nueva escuela siguen cambiando, o adquieren nuevas formas para seguir existiendo. La nueva escuela discute todavía hoy cómo se inicia el proceso de investigación en la ciencia, si es mediante una intuición, como decía Einstein, o si es mediante el planteamiento de un problema como decía Popper (que no era científico como Einstein, sino filósofo de la ciencia). Einstein decía que los conceptos no existen en la ciencia sino, solamente hasta que se prueba su aplicabilidad (Lo cual no es igual que decir que los conceptos no existen nunca ni para nadie como creen algunos confundidos). Esto venía dicho a propósito de la Mecánica de Newton, que se había construido sobre el concepto digamos clásico del espacio (a pesar de que el mismo Newton había creído prescindir de cualquier concepto teórico o hipotético)[1]. Por su parte, Popper tachaba de esencialistas o metafísicos a todos aquellos investigadores que planteaban el problema con el «qué es» o «en qué consiste». Para Popper importaban más las teorías que los meros conceptos, porque en la práctica no importa la definición de éstos para construir una teoría[2]. En su opinión, el problema debe plantear cómo puede aplicarse una teoría o una hipótesis, sin que importen las esencias de las cosas. Es decir, frente al esencialismo, Popper adoptaba el nominalismo que considera a las palabras o a los conceptos meros convencionalismos y no como formas lógicas de la realidad misma. Popper rechazaba el inductivismo, que es para muchos el método científico por excelencia, y proponía en su lugar una demarcación entre la física y la metafísica a través de lo que él llamó la falsación. Según Popper una teoría, para ser científica, debe ser refutable o falseable, esto es, debe poder ser vencida en su explicación de la realidad por otra teoría mejor. Si la teoría es irrefutable, es invencible, entonces sencillamente es metafísica porque es absoluta y dogmática.

Con lo anterior ya tienes un bosquejo con el que puedes comenzar a investigar el tema que te preocupa. (…)




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NOTAS:



[1] «Newton, el primer creador de un sistema comprensivo y viable de física teórica, todavía creía que las leyes y los conceptos básicos de su sistema podían ser derivados de la experiencia; su frase hypotheses non fingo sólo puede interpretarse en este sentido. De hecho en esa época parecía que no había ningún factor problemático en los conceptos de espacio y tiempo. Los conceptos de masa, aceleración y fuerza, y las leyes que los conectaban, parecían tomadas directamente de la experiencia. Pero si se supone esa base, parece que para la fuerza de gravedad la expresión es derivable de la experiencia; y era de anticiparse la misma derivabilidad para las otras fuerzas.

Se deduce del modo en que Newton formuló sus opiniones que no se sentía cómodo del todo respecto al concepto de espacio absoluto, que implicaba el de reposo absoluto; pues él era sensible al hecho de que nada en la experiencia parecía corresponder a este último concepto. También se sentía incómodo con la introducción de la acción a distancia. Pero el enorme éxito práctico de su teoría bien pudo evitar que él y los físicos de los siglos XVIII y XIX reconocieran el carácter ficticio de los principios de su sistema»

Einstein, Albert; On the Method of Theoretical Physics, Oxford, 1933. Traducción nuestra del documento en línea. Consúltese también la traducción de Agustín Ezcurdia, que aparece en el libro El método experimental y la filosofía de la física de Robert Blanché, Fondo de Cultura Económica. 1975, pp. 421-422.

[2] Como Popper señala, las definiciones existen en la ciencia ciertamente, pero no son la base sobre las que se construye la investigación empírica.

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